«Si sigue comiendo tantos duces le va a dar un coma diabético», me decía mi mamá cuando yo era niña para que yo no me llevara más golosinas a la boca. Pero, ¿qué tan cierto es esto? ¿Comer muchos dulces o azúcar provoca diabetes? Veamos qué nos dice la ciencia.
Lo primer es entender qué hace el cuerpo cuando consumimos azúcar -desde la que está en las frutas o en la leche, hasta la que tiene el arequipe, las gomitas, las gaseosas, los pasteles, los confites y los dulces en general-.
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Los azúcares llegan a nuestra sangre en forma de glucosa, y viajan por el torrente sanguíneo hasta llegar a los tejidos (por ejemplo, a los músculos y al corazón). Una vez en los tejidos, las células absorben la glucosa y la usan como energía, con ayuda de la hormona insulina.
La insulina es secretada por el páncreas y ayuda a controlar los niveles de glucosa (o sea de azúcar) en la sangre. Cuando estos niveles son muy elevados, la glucosa se transforma en glucógeno, que son básicamente reservas de energía que se almacenan en el hígado o en el cuerpo en forma de grasa (y ahí es cuando nos engordamos). Si tenemos mucha glucosa en la sangre, nuestro organismo será menos eficiente en el control de la energía, y viceversa.
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Ahora, hay páncreas que son incapaces de producir insulina, entonces el azúcar de la sangre nunca llega a las células en forma de glucosa ni se transforman en energía. Esa enfermedad se conoce como diabetes de tipo 1. Los factores que se asocian en su aparición son ambientales, genéticos y autoinmunes (nuestro sistema inmunitario daña las células del páncreas). Normalmente se descubre en los primeros años de vida, en la niñez, adolescencia y adultos jóvenes. Esos pacientes deben inyectarse insulina a diario y para siempre.
En la diabetes tipo 2, el páncreas sí produce insulina, pero la células se resisten a asimilarla, impidiendo que cumpla su función. Esta enfermedad se presenta generalmente en adultos. El manejo puede ser con insulina o medicamentos orales o ambos. El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de sufrir de diabetes tipo 2 (y a su vez, el consumo excesivo de azúcares y grasas y la poca quema de calorías por el sedentarismo puede producir sobrepeso).
En ambos casos de diabetes, los pacientes deben controlar minuciosamente la ingesta de azúcares y las horas de la comida.
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La aparición de la diabetes es una mezcla de tres factores: genética, medio ambiente y estilo de vida, y por eso es incorrecto decir que consumir mucha azúcar provoca diabetes. Por ejemplo, un deportista de alto rendimiento puede comer más dulces y carbohidratos que un oficinista, porque va a gastar toda esa energía. Si el oficinista comiera tanto dulce como el deportista, probablemente aumentaría de peso e incrementaría el riesgo de sufrir de diabetes tipo 2. Y aún así, esto no significa que todas las personas con sobrepeso vayan a sufrir de esta enfermedad, sino que el riesgo aumenta.
A pesar de que la diabetes es una enfermedad crónica que aún no tiene cura, sí es posible controlarla y aprender a vivir con ella. Lo primero es una buena dieta: alimentos bajos en glucosa y por lo menos seis veces en el día. Si eres diabético o tienes un familiar que sufra de esta enfermedad, probablemente te interese una tutoría nutricional personalizada con nuestras nutris, que son expertas en pacientes con diabetes (tipo 1 y 2). Conoce más en este link.